Por: Octavio Michael Cabrera Jiménez y Alejandro Bocardo Gjumlich
“No había nada muy extraordinario en esto, ni tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír que el conejo se decía a sí mismo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!» (Cuando pensó en ello después, decidió que, desde luego, hubiera debido sorprenderla mucho, pero en aquel momento le pareció lo más natural del mundo). Pero cuando el conejo se sacó un reloj de bolsillo del chaleco, lo miró y echó a correr…”.
Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carrol.
Desde tiempos remotos y hasta nuestros días nos hemos desenvuelto en un contexto hostil al cual lo ha gobernado la apresuración y la desorganización de nuestros itinerarios y en su mayoría, son causa de múltiples conflictos que van desde una “auto-negligencia” y el descuido a la salud hasta la desintegración familiar y la poca socialización.
Las enormes distancias de las metrópolis y las diversas actividades que desempeñan sus habitantes culminan en una hipervaloración de su tiempo. Siendo así, el reloj ha pasado a formar parte de un elemento imprescindible en el caminar de la vida humana.
La verdadera problemática que se suscita al vivir con prisa es la ineficiencia con la que realizamos nuestras labores diarias; es decir, suplantamos la calidad por la cuantía. Como parte de los resultados de esta precipitación con la que actuamos, desgastamos nuestra integridad física y mental teniendo como consecuencia el deterioro de las relaciones familiares y personales.
La finalidad que se proyecta en este trabajo, es expresar el punto de vista de los autores enfocándose principalmente a los jóvenes estudiantes de diferentes niveles de estudio en Universidades, en Postgrados y a los trabajadores que desean mejorar su estilo de vida. La apresuración es una realidad que aqueja a nuestra sociedad y no es cuestión de tornarnos pasivos ante nuestros deberes sino otorgar prioridades, el tiempo indicado para cada uno de ellos y la implementación de una estrategia para optimizar nuestra calidad de vida.
1)- Nuevos enfoques para ayudar al bienestar del ser humano.
Podemos pensar que una buena recomendación es pararnos un momento en nuestro ritmo acelerado, concienciar en la importancia de la salud física y mental y darnos cuenta que las relaciones con nuestros semejantes también lo son.
Muestra de ello es el movimiento Slow Down (1989) o desaceleración, mismo que se produjo ante la indignación del periodista Carlo Petrini al presenciar la apertura de un restaurante de comida rápida en la escalinata de la Plaza de España en Italia. Este primer movimiento se llamó Slow Food y de ahí se ha extendido a otros movimientos como lo son el Slow City, Slow School, Slow Sex en otros. Estos tienen como finalidad reivindicar una nueva escala de valores en las personas basada en el concepto de trabajar para vivir y no lo contrario.
2)- Planeación estratégica para la calidad de vida.
De acuerdo con la problemática expuesta anteriormente, podemos decir que se ha dado paso a una alternativa que podemos llamar “Planeación Estratégica de vida que apoye el Slow Down”, la cual se tatará de definir en lo consecutivo con las definiciones de Planeación y Estrategia.
a)- Munch G.L. (1998) define a la Planeación como: “La determinación de objetivos y elección de los cursos de acción para lograrlos, con base en la investigación y elaboración de un esquema detallado que habrá de realizarse en lo futuro”.
b)-: Define también a la Estrategia como: “Los cursos de acción general o alternativos, que muestran la dirección y el empleo general de los recursos y esfuerzos, para lograr los objetivos en las condiciones más ventajosas”.
Basándonos en éstos conceptos, podemos apoyarnos en lo dicho para aludir a nuestra vida personal. Se puede aseverar que el primer paso para la Planeación de Vida inicia con el convencimiento y la persistencia en tomar las riendas del propio destino. Arias F. (1999).
Por lo consiguiente, es preciso tener una visión del futuro personal (es decir, una aspiración en cuanto a los diversos factores trascendentes para uno mismo y su entorno). Debemos apoyarla en una misión (la razón de ser de algo, la justificación y el significado de nuestra existencia) y también con una administración estratégica (acciones cotidianas para el aprovechamiento de todos los recursos, a fin de seguir la propia trayectoria vital). Finalmente es imprescindible contar con la información adecuada y oportuna sobre los escenarios del futuro para la buena toma de decisiones.
Para lograr esto se deberá realizar lo siguiente:
Ø un análisis de nuestras fuerzas y debilidades (de nuestra misión elegida). Se debe de partir de un principio fundamental: nadie lo tiene todo ni nadie carece de todo. Una debilidad para una ocupación puede resultar una fortaleza para otra.
Ø un análisis de las amenazas (o riesgos) y las oportunidades. Para ello se puede manejar una técnica denominada FADO. Las amenazas son factores cuya presencia puede, en un momento dado, dar al traste con los planes y las ilusiones. El punto fundamental no es su presencia sino cómo la interpretamos.
Ø Como consecuencia de los puntos anteriores se deberá establecer un plan de trabajo. El plan de trabajo es hecho para superar las debilidades para una tarea u ocupación y vencer los obstáculos. El plan de trabajo debe acompañarse con una actitud de determinación para lograrlos.
Ø El Proyecto de Vida. El resultado de éste análisis personal nos lleva a un compromiso cotidiano de los objetivos por alcanzar en la propia vida formulándonos planes a corto, mediano y largo plazo. Lo importante es preguntarnos: ¿Cómo las actividades que realizo diariamente pueden contribuir a mi misión?
Ø
Como conclusión, podemos decir que es primordial establecer una visión de lo que queremos lograr en nuestra vida personal. Convertirla en una misión apoyada por un análisis de nuestras fortalezas y debilidades. Asimismo debemos analizar las amenazas y las oportunidades que podamos encontrar en el camino y a la vez elaborar un Proyecto de Vida en el cual podamos incluir como parte de una misión de desarrollo personal: la culminación satisfactoria de la Maestría en Comunicaciones y Tecnologías Educativas del CECTE.
En un principio nuestro plan fue emprender nuestros estudios de la misma; sin embargo, la nueva estrategia es saber cómo concluirla sin morir en el intento.
Referencias:
Arias, F. (1999) Administración de Recursos Humanos (5ta. ed.). México: Editorial Trillas.
Carroll, L. (2008) Alicia en el país de las maravillas. Recuperado el 8 de septiembre de 2008 de http://www.guiascostarica.com/alicia/index.html
DIDÁCTICA:
Hace 12 años
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