Por: Octavio Michael Cabrera Jiménez.
En nuestra actualidad, millones de personas somos vulnerables ante uno de los agentes más comunes dentro de nuestra estructura cognitiva: El prejuicio.
Éste último se considera como un aspecto negativo que ofusca la realidad con un despliegue de juicios erróneos, y en su mayoría, nos llevan a la obstrucción del verdadero conocimiento. Definitivamente es imprescindible tener en mente que un buen pensador crítico debe poseer un claro sentido intelectual de la justicia, humildad intelectual y una empatía intelectual de lo que juzga, entre otras (Espíndola, 1996)
Y es que al hacer referencia a la relación que lleva el pensamiento crítico con la problemática de los prejuicios podemos aseverar que para realizar una publicación, ya sea periodística, académica o destinada a otras vertientes de la información, se debe tener presente al pensamiento crítico como base fundamental de lo que se juzga y se informa. Uno de los obstáculos más importantes que irrumpirán nuestra óptima gestión informativa, es sin duda el prejuicio. ¿Porqué no encausar este último a un pensamiento hipotético que nos ayude a la evaluación del problema en cuestión como una de las siete destrezas del pensamiento crítico? (Facione 2007).
Sin duda el prejuicio puede estar implícito en muchas publicaciones y textos informativos, columnas periodísticas, en argumentos fiscales, en las relaciones personales, laborales y en un sinnúmero de clasificaciones que ambientan negativamente a la comunicación y los efectos que esta causa en torno a un contexto o una problemática en común.
Puede apuntarse que la mayoría de los prejuicios que se presentan en un canal del proceso comunicativo se dan en los géneros periodísticos de criterio personal como la columna, el artículo y algunas otras en la que el autor emite un juicio o una opinión personal.
Asimismo se debe tener claro que dada la importancia atribuida a los escritos de divulgación masiva, el prejuicio expuesto por un autor en un escrito puede afectar de manera considerable a la audiencia implementando en diversas ocasiones, la mentalidad errónea del tema que se expone y en un sentido más grave: el bloqueo intelectual.
En la actividad anterior (véase act. 4) se presentaron varios ejemplos de los prejuicios, algunos por parte del autor y otros ejemplificados por el mismo. Tomando algunos de éstos podríamos señalar lo mencionado por Núñez (2005) “La cultura de no compartir los materiales de un curso por temor a que otros me roben el curso está fundada en el principio erróneo de que el contenido del curso es esencialmente el curso”
Siguiendo esta aportación se podría localizar un prejuicio en cuestión al plagio que podría existir por parte de los consultores que visitan nuestros trabajos en un blog o una página de Internet; sin embargo, existen diversas maneras de evitarlo y no sería conveniente quedarnos con una información que puede ser de vital importancia para la comunidad académica.
Pueden citarse muchos ejemplos de prejuicios y sin duda acertaríamos a muchos en las diversas formas de comunicación interpersonal y colectiva, pero ¿como podríamos execrar este problema que nos bloquea nuestro desarrollo intelectual?
Considerando las diversas negativas que puede causar un prejuicio en un escrito expuesto a las masas es ineludible tener presente al pensamiento crítico como el cimiento de las disertaciones que giran en torno a una vertiente informativa; ya que este, como agente de análisis, actúa de manera sensata en cuanto al pensamiento sin enjuiciar con aspectos escuetos y mal estructurados. Siendo así, debe tomarse en cuenta al pensamiento crítico como solución a los prejuicios.
Espíndola (1996) nos menciona que para evitar las imperfecciones, el pensamiento requiere de algún dominio sobre los elementos que lo componen, mismo que incluyen el manejo de la habilidad para formular, analizar y evaluar estos elementos y tomando los principales de éstos en cuestión a la problemática del prejuicio debemos tomar en cuenta:
El problema en cuestión
El propósito o meta del pensamiento
El marco de referencia o puntos de vista involucrados.
Con esto lograríamos definir una idea que nos guíe a la supresión de un prejuicio hacia un cambio o rasgo que inconforma al autor. Primeramente se debe realizar un claro análisis de los elementos antes de emitir un juicio de valor y entonces podemos tomar en cuenta que el surgimiento de un prejuicio podría tomarse mas bien como una hipótesis que ayude al desarrollo de un análisis dentro de las seis destrezas del pensamiento crítico (Facione 2007) y no como un enjuiciador intransigente que obstruya el desarrollo del intelecto.
Podríamos decir que un prejuicio en su totalidad es una falta de ética en el desarrollo del pensamiento: sin embargo, este último lo podemos encausar hacia una herramienta que nos permita analizar y escrutar las diversas vertientes que implica una problemática. No basta con formularnos una idea definitiva acerca de un problema o cuestión en particular sino tomar en cuenta los diversos caminos que se nos ofrece para poder realizar un análisis sin errores y sobre todo sin afectar las ideas e integridad de los demás.
REFERENCIAS:
Vicencio, M. ¿Por qué sí hacen falta los maestros? Recuperado el 3 de septiembre del 2008 de http://www.odiseo.com.mx/node/168
Islas, O. La Asociación mundial de periódicos (WAN) contra Google. Recuperado el 25 de septiembre del 2008 de http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/espejo/2008/sep22.html
Núñez, M. Un curso no es una pizza. Recuperado el 7 de enero del 2006 de http://www.vidadigital.net/blog/2005/10/26/un-curso-no-es-una-pizza/
Espíndola, J. (1996) Pensamiento Crítico. México. pp. 105-106.
Facione, P. (2007) Pensamiento Crítico: ¿Qué es y porqué es importante? Colombia: EDUTEKA.
DIDÁCTICA:
Hace 12 años