EL ESTUDIO INDEPENDIENTE: GUSTO POR EL CONOCIMIENTO
Se sabe de antemano que la obtención de un conocimiento implica, en múltiples ocasiones la inversión de tiempo para investigar, escrutar, analizar y hasta en últimas instancias memorizar los contenidos que por lo regular nuestros mentores académicos nos exhortan a estudiar. Pero, ¿realmente experimentamos y asimilamos toda la información que en ese momento debemos adquirir como un conocimiento? ¿Organizamos nuestro tiempo para dedicarle lo necesario al aprendizaje que nos servirá para el desarrollo de nuestra vida cotidiana y profesional?
Nos hemos contextualizado en una educación que la mayoría de los estudiantes ha experimentado y para muchos se ha llegado a adoptar como una forma “eficaz” de la óptima adquisición del conocimiento. A este procedimiento lo podemos llamar educación de cara a cara. (De los Santos, 1996)
En este rubro podemos decir que desde tiempos remotos y hasta nuestra actualidad los estudiantes se han quedado en un “rezago educativo” y al decir esto, nos referimos a la manera que estos han adoptado de habituarse a estudiar. Las indicaciones de un instructor y la limitación a una determinada bibliografía han sido quizás las herramientas necesarias del aprendizaje para ellos, soslayando la posibilidad de adquirir los suficientes conocimientos mediante la estrategia del estudio independiente.
El estudio independiente es, podemos decir, la mejor herramienta para obtener una gama de conocimientos y juicios que nos llevarán a la satisfacción misma en nuestra vida profesional, laboral y cotidiana. Este ejercicio requiere de la total disposición individual, de indagar y examinar a conciencia las diversas fuentes de conocimiento dejando a un lado la total dependencia del maestro o instructor para lograr el aprendizaje.
Tal como lo plantea De los Santos y La enciclopedia Técnica de la Educación (1996, cit. En Santillana, 1992) que el grupo de clase está muy determinado por la evaluación del maestro, en cambio, el estudio independiente lleva consigo la responsabilidad de la propia formación del alumno.
Para lograr esto se debe precisar de una gran motivación para lograr un buen aprendizaje y tener conocimientos previos para saber planear, jerarquizar y evaluar el material del cual se obtendrá información necesaria para obtener un grado (Rentería Ávila, 1995).
Debemos tener una clara idea de lo que queremos aprender, pero sobretodo, la motivación y las ganas por hacerlo. El estudio independiente no es causa de soledad y confusión, en cambio, nos llevará a un alto grado de madurez para formarnos nuestro propio criterio de aprendizaje.
REFERENCIAS:
1. De los Santos, Eliézer (1996) El estudio independiente: consideraciones básicas en. Estudio independiente: conceptualización, análisis y aplicaciones, PROMESUP-OEA-ILCE-México.
2. Enciclopedia Técnica de la Educación, Vol. II. México: Editorial Santillana, 1992, pp. 134-135.
3. Rentería Ávila (1995) ILCE. Taller de Estudio Independiente. Recuperado el 12 de agosto del 2008.
http://www.monografias.com/trabajos14/educ-a-distancia/educ-a-distancia.shtml?monosearch
DIDÁCTICA:
Hace 12 años